14/7/09

EL PEREGRINO, POR FIN, DISFRUTA MONTANDO.

DÍA 3 D.C.
Los gurús de la meteorología pronosticaban lo peor, y los peregrinos ante tales presagios, inclusive, habían pensado en el descanso como alternativa.
Despertose el campamento a las 7:30; el peregrino repostó sin medida y a las 9:20 , con el cielo encapotado y sin lluvia, se inició el peregrinaje dejando atrás Soto de Luiña.
El camino discurre entre sorprendentes castañares, hayas, eucaliptos, helechos y otros árboles y arbustos. El paisaje es realmente bello, la carretera sube y baja en el más puro ejemplo de orografía femenina.
Al llegar a Barcia, la carretera se hace menos entretenida y comienzan a acompañarnos vehículos motorizados que increpan sin piedad al recogido peregrino. Un mar, entre acantilados, siempre aparece y desaparece a nuestra derecha reclamando sin piedad nuestra atención.. la marcha se hace lenta y a las 13:40 nos recibe Luarca; llama la atención el puerto, la ría y su playa.
Llegan las 14 horas y el peregrino se plantea dejar un vicio (fue placentero montar) por otro , también de la primera conjugación, yantar. Varios restaurantes de carretera repletos de camiones y coches desaniman al peregrino; al camionero razones espúreas y asustanciales más que el propio objeto (la comida) es lo que le llevan a detenerse. Aparcamos nuestras bicis en un lugar apartado – con wifi- y damos rienda suelta a uno de los instintos primarios (comemos).
Tras la comida... camiones, camiones y más camiones acompañan al peregrino. A las 18 horas y tras 30 km llegamos a Tapia de Casariego, lugar donde nuestro cuerpo, tras un baño en la playa y una cena próxima al puerto, en un entorno con un atardecer espectacular, dejará paso para la próxima jornada.

La noche nos sorprende cenando en el puerto y nos dirigimos a oscuras como pudimos hacia el albergue, tan cutre como los otros, pero en un lugar privilegiado.

El peregrino insomne por el esfuerzo y la congestión intestinal, repara que en el piso de arriba comienza un ruido sospechoso de colchón, que acaba en un leve y elegante gemido. Y es que no hay nada como la urbanidad centroeuropea, pues el camino, nadie sabe por qué, está lleno de alemanes y teutónicas (vienen más que por pares, por parejas)

En cualquier caso, ni siquiera este episodio distrae al sufrido peregrino de su vocación de trascendencia y espiritualidad

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nada más placentero para un envidioso observador de las proezas ajenas, que el contemplar como los SUPE-riores seres, los elegidos, los más alelos de entre los alelos,son capaces de superar las extremas dificultades del camino.
Dificultades intrínsecas, acrecentadas por las perversas tentaciones de la carne en forma de sordos chirridos y recatados suspiros teutones.
In-SUPE-rables esfuerzos compensados por el deleite de la contemplación cuasi en éxtasis de las maravillas paisajísticas atravesadas, de los crepúsculos compartidos con candoroso compañerísmo.
Estoy seguro de que, ni el cutre albergue, ni la incomprensión camioneril serán capaces de arredraros en vuestro descomunal empeño.
Sólo deseo animaros a seguir así: con la proa al noroeste confín de la tierra.
Un ánimo que puedo alentar desde aquí, anunciándoos la próxima publicación de los listados provisionales de solicitantes admitidos y excluidos en la convocatoria de ayudas al desplazamiento tramo II para funcionarios de los cuerpos docentes al servicio de la Comunidad de Madrid.
(Plazo de reclamación: de cinco días a partir de su publicación.)
Por último, ¡oh seres SUPE-riores!, rogaros que no olvidéis a los que, hundidos en el tedio cotidiano y en el agobio inflingido en sus almas por la DG correspondiente, permanecemos al pie del alelo, oteando sin cesar para descubrir miembras del modelo inclusivo que echarnos a la visual.
Suplicaros que nos tengáis presentes en vuestras oraciones, que por mediación del Santo ante quien os postraréis de hinojos, en humillada actitud, para que,siendo elevadas, sin duda, a SUPE-rior instancia.
Que el DGMCE os guíe y que vosotros no os dejéis.